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jueves, 31 de mayo de 2012

Identifican plantas antiguas con cristales microscópicos

La Amazonía ha estado intervenida por grupos humanos por lo menos hace diez mil años y su impacto en los diversos ecosistemas no es nada despreciable.


Mediante el estudio de suelos y el análisis de colecciones actuales, especialistas intentan determinar las especies botánicas que existieron hace miles de años en el territorio amazónico. A partir de la Arqueología y la Paleoecología, el grupo de investigación Pueblos y Ambientes Amazónicos, liderado por el profesor de la Universidad Nacional (UN) de Colombia Gaspar Morcote-Ríos, intenta determinar qué plantas fueron manejadas por los grupos humanos en el pasado y establecer cómo fueron los procesos de domesticación, distribución y extinción de plantas en el pasado.

La Amazonía ha estado intervenida por grupos humanos por lo menos hace diez mil años y su impacto en los diversos ecosistemas no es nada despreciable.

Los ópalos de sílice, conocidos como fitolitos, son estructuras botánicas microscópicas que pueden preservarse durante miles de años en el suelo. Por esta razón, permiten conocer las interrelaciones que se dieron entre las plantas, los ecosistemas y las comunidades humanas antiguas.

“Los estudios en fitolitos —ópalos de sílice de plantas— tienen un gran potencial porque permiten saber la composición arbórea antigua, los cambios climáticos en la selva amazónica y cómo estos impactaron en el pasado la cobertura vegetal y a las comunidades humanas”, asegura el arqueólogo y profesor Morcote.

Estos cristales microscópicos de las plantas, con estructuras definidas, se encuentran en los yacimientos arqueológicos y pueden indicar qué tipo de planta es la que está presente en un momento y espacio determinado.

Con la mirada en el suelo

El grupo de científicos trabaja conjuntamente con los indígenas locales y los niños de las escuelas, que se vinculan para saber qué es la arqueología y cómo funciona un proceso de excavación, pero que, sobre todo, conocen e interpretan las evidencias dejadas por sus ancestros.

Asimismo, el grupo es el primero en hacer estudios de fitolitos de manera sistemática en la cuenca amazónica con buenos resultados. “Nosotros hicimos excavaciones arqueológicas y muestreos paleobotánicos. Recolectamos diferentes tipos de evidencia, entre las cuales se encuentran muestras de suelo, en donde se preservan este tipo de estructuras de cristales”, afirma Morcote.

Desde hace más de quince años se han hecho estudios arqueológicos en el Amazonas y se ha obtenido información de sus suelos, a través de excavaciones en campo que pueden durar entre un mes y dos meses.

La excavación arqueológica

En los diversos yacimientos arqueológicos se encuentran ópalos de sílice de plantas, y su determinación taxonómica es apoyada por la colección científica que el Instituto de Ciencias Naturales tiene de estos.

El proceso de excavación comienza cuando se selecciona el sitio arqueológico que se excavará. Este es determinado, en algunas ocasiones, a través de estudios arqueológicos, edafológicos y cartográficos previos, pero, sobre todo, del conocimiento que tienen los indígenas de su territorio.

Posteriormente, a través de prospecciones y descripciones detalladas en el suelo, se elige el área, se delimita, se limpia y comienza la excavación.

Pequeños volúmenes de matriz de suelo, que contienen los restos paleobotánicos, son tomadas en los diferentes estratos del suelo arqueológico. De cada una de las muestras de suelo se registra su procedencia, su contexto y su profundidad, para ser empacada adecuadamente y evitar su contaminación.

Luego, explica el profesor: “en el laboratorio, las muestras de suelo son sometidas a un ataque químico que elimina toda la materia orgánica y deja únicamente la fracción mineral, que incluye los ópalos de sílice o fitolitos. Estos se montan en láminas con su respectivo registro y se procede a su estudio y determinación”.

Por otra parte, se ha venido creando la Colección Científica Contemporánea de Fitolitos, base fundamental para la identificación de los fitolitos fósiles que representan plantas antiguas. Esta colección se basa en especímenes del Herbario Nacional Colombiano, a los cuales se les extrae una pequeña fracción de tejido foliar, que se limpia, tritura y carboniza.

Estas muestras también son sometidas a un ataque químico cuyo objetivo es la eliminación de todo elemento que no sean los cristales de las plantas. Posteriormente, una fracción de la muestra se pone en láminas para su descripción y fotografía.

Finalmente, al comparar los fitolitos fósiles con los ópalos de las plantas modernas, se obtienen resultados que indican qué plantas han sido manipuladas por los humanos y qué cobertura arbórea existía de ellas en el pasado.

Próximamente se publicarán dos grandes catálogos, uno de fitolitos de gramíneas amazónicas y otro de palmas de la Amazonía, que contribuirán a la investigación arqueológica y paleoecológica en ese territorio.

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